
Uno de los desafíos más comunes, y también más frustrantes, que vivimos en la crianza, son las peleas entre hermanos.
Si tienes más de un hijo/a, seguramente ya lo sabes. Los conflictos entre tus hijos/as pueden aparecer por todo y por cualquier cosa, desde quién se sienta adelante en el auto, hasta quién tiene más cereal en su tazón.
Y, aunque muchas veces tratamos de mantener la calma, terminamos gritando, amenazando o tomando partido por uno de ellos/as, y eso, lejos de resolver la situación, puede empeorar la rivalidad entre tus hijos/as.
En este artículo, quiero ayudarte a comprender por qué ocurren las peleas entre hermanos, qué tan normales son y cómo gestionarlas desde un lugar de respeto, conexión y liderazgo parental, sin gritos, sin favoritismos y sin culpas.
¡Comenzamos!
Peleas entre hermanos ¿Hasta qué punto son normales?
Es importante entender que las peleas entre hermanos, hasta cierto punto, son normales.
Los niños están en pleno proceso de aprendizaje: aprenden a convivir, a defender sus ideas, a poner límites. Sin embargo, muchas veces, lo hacen de manera impulsiva.
Lo que no debemos normalizar son las peleas constantes y destructivas, aquellas que generan un clima de competencia, rivalidad y resentimiento dentro del hogar.
Como adultos, nuestro rol no es ignorarlas, sino acompañarlas y guiarlas desde un lugar de respeto y contención emocional.
Peleas entre hermanos: Motivos frecuentes que llevan a los hermanos a peleas y rivalidades
Entre los motivos más habituales que llevan a las peleas entre hermanos, encontramos:
- Búsqueda de atención: Uno de los motivos más comunes es la percepción de que uno de los hermanos recibe más afecto, tiempo o reconocimiento. A veces, el conflicto es solo una forma de recuperar el vínculo con el adulto. Incluso cuando tratamos de ser equitativos, si uno de ellos siente que el otro es «el preferido», eso basta para generar tensión.
- Falta de habilidades sociales: Negociar, compartir, manejar la frustración y resolver conflictos son competencias que se aprenden. Cuando aún no las han desarrollado, los niños recurren a gritar, empujar o acusar porque es lo que conocen.
- Modelos familiares: Los niños imitan lo que ven. Si los desacuerdos entre adultos se resuelven con gritos, castigos o ironías, es probable que los pequeños reproduzcan esos mismos patrones con sus hermanos. A veces, sin darnos cuenta, promovemos comparaciones constantes: «tu hermana ya lo hacía a tu edad» o «aprende de tu hermano». Estas frases pueden sembrar rivalidad y resentimiento.
Ten en cuenta que cada niño/a, en su proceso de desarrollo, busca afirmarse como individuo. Las peleas pueden ser una forma de «marcar territorio», probar límites o reforzar su identidad frente al otro.
Peleas entre hermanos: ¿Cómo mantener el equilibrio?
Como mamás y papás, es fácil caer en el rol de jueces que dictan quién tiene razón o enarbolar la bandera del «ya basta» con gritos y amenazas. Sin embargo, nuestra función no es arbitrar, sino ser los guías emocionales de nuestros hijos/as.
La clave está en acompañar sin tomar partido, en validar lo que cada uno de nuestros hijos/as siente y, sobre todo, en enseñarles a resolver el conflicto sin daños.
Esto no solo reduce la tensión del momento, sino que siembra herramientas indispensables para desenvolverse a futuro.
Consejos clave para gestionar las peleas entre hermanos de manera efectiva
En el VIDEO que está debajo, te comparto mis mejores claves para que puedas gestionar las peleas entre tus hijos de manera efectiva.
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Conclusiones
Criar hermanos que se respetan, se quieren y saben resolver sus diferencias no es cuestión de suerte. Es el resultado de un hogar donde los conflictos no se evitan, pero sí se acompañan con amor y presencia.
Recuerda: no necesitas gritar para poner orden, ni separar a tus hijos para generar paz. Solo necesitas nuevas herramientas, claridad, mucha presencia y empatía.
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Un abrazo,
Carolina
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