Al igual que ustedes, cuando me enteré de la nueva cuarentena quería llorar y salir corriendo, sola y lo más lejos posible. Adoro a mi familia, sin embargo soy ser humano y necesito ayuda para criar saludablemente. Todas nuestras redes de apoyo  caducan con el inicio de la cuarentena y volvemos a estar encerrados las 24 horas, a cargo de los niños, la casa, las clases online y nuestro propio trabajo. Díganme ustedes si no es para ponerse a llorar a mares, pero en fin… así estamos y no nos queda otra opción que asumirlo de la mejor manera posible.

Es por esto que quise escribir este artículo. Los invito a que conozcamos qué es el burnout parental (agotamiento parental).

El burnout se define como un síndrome que se manifiesta como un estado de agotamiento físico y mental ocasionado por períodos estresantes y continuos que hacen que la persona colapse.

La crianza es maravillosa, el ser papás es muy gratificante, pero tiene momentos muy duros. Para mantenernos bien y sanos como padres tenemos que manejar un equilibrio entre los factores estresantes y los recursos que tenemos para enfrentar la paternidad.

¿Cuáles son estos recursos?

La ayuda de los abuelos, el colegio, el que nosotros salgamos a trabajar afuera, el tener una persona que nos ayude en las labores domésticas, la coparentalidad, etc.  Estos recursos dejan de existir cuando entramos en cuarentena, es por esto que el BP se ha visto en aumento. En el encierro comienzan a hacerse importante los recursos propios, es decir, el cómo logras manejar tus emociones, tus rasgos de personalidad, en cómo eres capaz de relajarte y de volver a tu equilibrio y dejar por ejemplo las obsesiones de orden, etc.

Hay que ver de qué manera logramos disminuir los factores que aumentan el estrés y de qué manera aumentamos los recursos que ayudan a aliviarlo (Dentro de los recursos que podemos acceder en pandemia)

Aunque todos somos diferentes, existe un denominador común para el estrés prolongado y es que de alguna manera este estrés debe liberarse. Y es ahí cuando aparecen los síntomas.

¿Cómo se manifiesta el BP?

  • Agotamiento físico extremo: no es un cansancio que desaparece después de un par de noches de buen dormir o después de una larga siesta.
  • Dolores musculares, de cabeza, de estómago, etc.
  • Dificultades para dormir.
  • Ansiedad
  • Disminución o aumento del apetito.
  • Dificultad para concentrarse.
  • Distanciamiento emocional con los hijos: consiste en no mostrar interés por las emociones o experiencias de los niños, funcionar como en piloto automático, haciendo solo lo indispensable (darles la comida, vestirlos, bañarlos, etc)
  • Pérdida del placer de la crianza, generando culpa y vergüenza.
  • Ganas frecuentes de llorar y de escaparse.
  • Aumenta la irritabilidad y disminuye la tolerancia a la frustración.

Esta situación es preocupante ya que se ha observado que el burnout parental puede producir consecuencias graves tanto en los padres como en los hijos, aumentando así la negligencia parental, la violencia física y sicológica, los pensamientos de escape, los problemas de pareja, etc.

¿Cómo evitar el Burnout Parental?

Mi principal consejo es bajar las expectativas, relajarse e intentar que este tiempo de encierro sea lo más pacífico posible, lo importante es que logremos sobrevivir con el menor daño posible a la salud mental y a la vida familiar. Es momento de abrazarse, quererse, tenerse paciencia… y para esto es necesario que te preocupes de TI.

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